domingo, 12 de diciembre de 2010

Radiografía de Greenpeace: conciencia medioambiental cero

El trabajo por el medio ambiente nunca ha sido tarea fácil. Las fundaciones y organizaciones de esta índole no han llegado a un punto alto de popularidad, y los ciudadanos chilenos no están realmente preocupados de este tema en la actualidad. Un ejemplo que podría esclarecer esta compleja situación, es el de Greenpeace, quizás la organización ambientalista más emblemática a nivel nacional, e incluso internacional.

Por Camila Rebolledo

Greenpeace es una asociación pacifista, económica y políticamente independiente. Es, y ha sido, reconocida a nivel mundial por sus labores de demanda contra las acciones que puedan perjudicar al medio ambiente, aportando con propuestas para realizar profundos cambios en la materia. Sin embargo, en nuestro país, su importancia y labor no ha alcanzado la fuerza de zonas como Alemania, Holanda, Francia, Estados Unidos y Australia.
 
El tema de los recursos no es fácil. Greenpeace es una asociación que se financia gracias al aporte de socios en cada uno de los 28 países en los que tienen presencia. El problema es que en Chile el número no supera los 5000, y los voluntarios activos bordean los 120. Cuentan con sedes sólo en cuatro ciudades: Santiago, Valparaíso, Concepción y Temuco.

Sergio Corrales, Coordinador de Logística y Voluntariado de Greenpeace, esboza una hipótesis al respecto: “En Chile, claramente, falta mucha conciencia ambiental. Yo he estado en Alemania, Holanda, España, Turquía y Brasil, y allá es muy distinto”. No obstante, son positivos y confían en que la educación desde la niñez es el mejor camino para mejorarlo. En palabras de Corrales, “en el fondo, somos como un árbol. Si el tronco crece chueco, ya no habrá como enderezarlo”.

El funcionario de la organización da el ejemplo de Holanda, país que habría visitado en reiteradas ocasiones y asegura que es una realidad muy diferente: “Ellos tienen otro tipo de sociedad, ven la vida de otra manera. Vas por las esquinas y te encuentras con tubos de reciclaje, el uso de la bicicleta y el transporte es mejor, todos se preocupan por la energía y no se consumen muchos alimentos transgénicos”.

Si bien, reconoce que es un tema cultural, asevera que es posible cambiar pequeñas conductas a partir de hoy. Miguel Muñoz, voluntario de Greenpeace, forma parte de uno de los grupos de conducta medioambiental y dice al respecto que “cuesta mucho, a pesar de que son conductas sencillas que pueden generar grandes cambios, pero es precisamente el modificar comportamientos lo que más cuesta”.

Roberto González, captador de voluntarios y socios de la organización, afirma que su labor es un tema muy complicado: “Hay días que los paso completos en la calle y nadie pesca, ni siquiera se interesan por informarse al respecto. Igual es triste, porque son solamente alrededor de $4.000 mensuales de aporte. No es tanto y tampoco exige tiempo, a diferencia de la inscripción como voluntarios donde, por lo demás, la participación es mucho menor”.

Corrales afirma que a pesar de que el nombre los ayuda muchísimo, aún son una entidad pequeña y con muy escasa fuerza participativa en el país: “Aún Chile está en un periodo en el que tiene que sacarse de encima temas más sociales”. Lo anterior, explica, “tiene que ver con que si tú le preguntas a una persona qué es más importante, probablemente te digan que es la pobreza”.

No obstante, Corrales considera el tema del medioambiente como algo absolutamente social, que requiere ser visto de esta manera: “Cuando tú construyes mediaguas en los alrededores de una planta muy contaminante, estás afectando en la esfera social de esos residentes porque tendrás mucha gente enferma, que va a requerir asistir a un consultorio que probablemente no tenga recursos. En el caso de un niño, éste faltará al colegio y su proceso de aprendizaje y sociabilización se estancará”.

El Coordinador de Logística y Voluntariado intenta dar una respuesta en cuanto a la escasa cantidad de voluntarios y socios en Chile que escapa simplemente a la baja conciencia medioambiental: “En el voluntariado verde hay mucha frustración. Si tú ayudas, por ejemplo, leyendo libros a personas ciegas, vas, lees y luego regresas a tu casa con un objetivo cumplido. 
Por otro lado, luchar contra el cambio climático es una meta gigante. Tan grande que puede que en toda tu trayectoria como voluntario no veas los frutos de tu campaña. Las reformas legales demoran muchísimos años, etcétera. Entonces, el tema motivacional es potente y complejo”.

Con respecto a la incidencia política, Corrales afirma que Greenpeace trabaja en esos términos, sin embargo, no poseen ninguna posición determinada. Esto se debería a que “nosotros tenemos que influir en sea quien sea que esté gobernando. Tenemos actividades con gente de derecha y gente de izquierda”. A pesar de que las legislaciones en la materia son un asunto sumamente complicado y poco atendido, ellos trabajan con un encargado en el Congreso, que hace constantes esfuerzos para influir en la elaboración de leyes, presentando proyectos y solicitando conversaciones y negociaciones, entre otras cosas: “De a poco tratamos de meter cosas que nos interesan. La gracia es influir, sea como sea, con o sin permiso”, asegura el Coordinador.

El método de trabajo de Greenpeace es bastante variado, pero consiste principalmente en denunciar y evidenciar situaciones que perturben al ecosistema, y a la naturaleza en general. Corrales cuenta que en las causas por las cuales están recientemente luchando, se está buscando la manera de innovar: “Si quieres un resultado diferente, no puedes seguir haciendo lo mismo”. Además, no duda al afirmar que “nosotros estamos para denunciar, pero las personas son quienes están llamadas a hacer los cambios y a plantear las soluciones”.

Es sabido que en la actualidad la situación medioambiental no es precisamente favorable. Por esto, es sumamente necesario que aumente la conciencia al respecto, que los ciudadanos comiencen a interesarse por la preservación y conservación del medio ambiente, y apoyen a organizaciones como Greenpeace, tanto en financiamiento como en participación para que puedan continuar ejerciendo su labor.

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